Según cuenta la mitología griega, Electra y su hermano Orestes toman venganza por la muerte de su padre Agamenón, matando a su madre Clitemnestra y al amante de ésta, Egisto.
En el drama de Electra se van contraponiendo los matices dramáticos de oscuridad y luz, asimilados respectivamente a los conceptos de dolor, crimen e injusticia de una parte, y venganza, restauración y libertad de otra.
Así mismo, encontramos en este drama otra contraposición añadida entre verdad dramática y mentira escénica que, en un maravilloso “juego de espejos”, preludia la ficción calderoniana de la “La vida es sueño”.
Pero, de manera paradójica, la diáfana y envolvente estructura dramática de esta tragedia sirve para introducirnos en un mundo fronterizo con el del reino de los muertos y de las divinidades infernales, a cuyo cargo está la venganza justiciera que da reposo a los difuntos: Electra, en medio de su dolor y de su vida miserable, vive para el recuerdo de su padre asesinado y acumula rencor contra su madre y deseos fieros de venganza contra ella.
Electra, como leona herida, encarna las más oscuras, violentas y elementales fuerzas de la naturaleza. En cambio, su hermano Orestes representa el modelo del héroe apolíneo, fuerte y despreocupado, bello y lleno de luz incluso cuando, cumpliendo el oráculo de Apolo, mata a su madre para vengar el asesinato de su padre.
El drama de Electra, se dispone, en líneas generales, en las palabras de Esquilo, Sófocles y Eurípides dentro de una acción dramática que, concebida como una cacería, avanza derechamente hacia la trampa final en que los asesinos pagarán su crimen. Con la muerte de Clitemestra y de su amante Egisto se resuelve el conflicto que abre y pone en marcha la tragedia: el crimen ha de pagarse con el crimen. La vengativa Némesis del muerto queda así aplacada.
Ǿ Ǿ
En 1600 el científico inglés William Gilbert publicó su libro "De Magnete", en donde utiliza la palabra latina electricus derivada del griego elektron, que significa ámbar, para describir los fenómenos descubiertos por los griegos, ya que se percataron de las propiedades eléctricas que se producían al rozar ámbar con otros objetos.
Hacia el año 600 a.C., el filósofo griego Tales de Mileto observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se podía crear pequeñas cargas, que atraían pequeños objetos. También habían observado que si la frotaban mucho tiempo podían causar la aparición de una chispa.
Cerca de Mileto, (en la actual Turquía), se encuentra un lugar arqueológico llamado Magnesia, donde en la antigüedad se encontraron trozos de magnetita. Los antiguos griegos observaron que los trozos de este material se atraían entre sí, y también a pequeños objetos de hierro. La palabra magneto (en español, imán) proviene del lugar donde se descubrió.
Ǿ Ǿ
Cometido el crimen materno los responsables no encuentran tranquilidad ni se sienten satisfechosǾ Ǿ
Una tragedia de dolor y sufrimiento y de importante conflicto moral: es justo que Clitemnestra expíe su crimen con la muerte, pero aún así, eso no explica el matricidio.
Ǿ Ǿ
Destaca la ambivalencia venganza-remordimiento. Electra y Orestes, aunque están conscientes de lo terrible que es dar muerte a la propia madre, no reflexionan y, llevados por su odio, sólo piensan en ejecutarla. De aquí provienen el sentimiento de culpa, las dudas y los remordimientos posteriores.
En el drama de Electra se van contraponiendo los matices dramáticos de oscuridad y luz, asimilados respectivamente a los conceptos de dolor, crimen e injusticia de una parte, y venganza, restauración y libertad de otra.
Así mismo, encontramos en este drama otra contraposición añadida entre verdad dramática y mentira escénica que, en un maravilloso “juego de espejos”, preludia la ficción calderoniana de la “La vida es sueño”.
Pero, de manera paradójica, la diáfana y envolvente estructura dramática de esta tragedia sirve para introducirnos en un mundo fronterizo con el del reino de los muertos y de las divinidades infernales, a cuyo cargo está la venganza justiciera que da reposo a los difuntos: Electra, en medio de su dolor y de su vida miserable, vive para el recuerdo de su padre asesinado y acumula rencor contra su madre y deseos fieros de venganza contra ella.
Electra, como leona herida, encarna las más oscuras, violentas y elementales fuerzas de la naturaleza. En cambio, su hermano Orestes representa el modelo del héroe apolíneo, fuerte y despreocupado, bello y lleno de luz incluso cuando, cumpliendo el oráculo de Apolo, mata a su madre para vengar el asesinato de su padre.
El drama de Electra, se dispone, en líneas generales, en las palabras de Esquilo, Sófocles y Eurípides dentro de una acción dramática que, concebida como una cacería, avanza derechamente hacia la trampa final en que los asesinos pagarán su crimen. Con la muerte de Clitemestra y de su amante Egisto se resuelve el conflicto que abre y pone en marcha la tragedia: el crimen ha de pagarse con el crimen. La vengativa Némesis del muerto queda así aplacada.
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En 1600 el científico inglés William Gilbert publicó su libro "De Magnete", en donde utiliza la palabra latina electricus derivada del griego elektron, que significa ámbar, para describir los fenómenos descubiertos por los griegos, ya que se percataron de las propiedades eléctricas que se producían al rozar ámbar con otros objetos.
Hacia el año 600 a.C., el filósofo griego Tales de Mileto observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se podía crear pequeñas cargas, que atraían pequeños objetos. También habían observado que si la frotaban mucho tiempo podían causar la aparición de una chispa.
Cerca de Mileto, (en la actual Turquía), se encuentra un lugar arqueológico llamado Magnesia, donde en la antigüedad se encontraron trozos de magnetita. Los antiguos griegos observaron que los trozos de este material se atraían entre sí, y también a pequeños objetos de hierro. La palabra magneto (en español, imán) proviene del lugar donde se descubrió.
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Cometido el crimen materno los responsables no encuentran tranquilidad ni se sienten satisfechosǾ Ǿ
Una tragedia de dolor y sufrimiento y de importante conflicto moral: es justo que Clitemnestra expíe su crimen con la muerte, pero aún así, eso no explica el matricidio.
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Destaca la ambivalencia venganza-remordimiento. Electra y Orestes, aunque están conscientes de lo terrible que es dar muerte a la propia madre, no reflexionan y, llevados por su odio, sólo piensan en ejecutarla. De aquí provienen el sentimiento de culpa, las dudas y los remordimientos posteriores.